Solo quería bailar

Solo quería bailar es el hilarante debut de una de las voces más potentes e insólitas del panorama nacional. Leyendo la historia de Pili, una joven bailarina que se rebela contra el sistema y sus precariedades, no sabrás si reír o llorar. Probablemente acabes haciendo las dos cosas a la vez.

«Iconoclasta, irreverente, transgresora, así es la protagonista de este libro, como también lo es esta nueva voz narrativa repleta de frescura y radicalidad expresiva». —Beatriz Martínez, Infobae

«Solo quería bailar es un libro único, el fruto de un talento descomunal para romper la reglas literarias. Es brillante, chispeante y veloz». —Sonia Fides, El Asombrario

«Estamos ante una voz debutante líquida, divertida y bruta, que se decanta por una oralidad fresca a la que tienen sin cuidado las reglas de la lengua». — Paloma Cruz Sotomayor, La Vanguardia

«Un inteligente ritmo, tan eufórico como paciente». —Carlos Pardo, Babelia

«Solo quería bailar es el firme, desazonado y rotundo debut en la novela de Greta García». —Laura García Higueras, El diario.es

«La directora teatral y circense multipremiada Greta García debuta con un libro lleno de humor sobre el baile y el aparato burocrático». —Paloma Cruz Sotomayor, La Vanguardia

«La provocadora y cómica primera novela de Greta García se sustenta en una protagonista irascible, impertinente y de oralidad desencantada». —Carlos Pardo, Babelia

«Con su primera novela, Greta García da una patada a los convencionalismos sociales y literarios». —Inés Martín Rodrigo, El Periódico de España

«Solo quería bailar quiere ser un libro divertido, nada complaciente, deliberadamente brusco y escatológico, y en el que palpita una llamada a la ternura». —Alba Correa, Vogue

«Por tema y forma, la primera novela de Greta García puede ser bien cruzada con otras publicaciones como las de Remedios Zafra, Elisa Victoria, Andrea Abreu o Cristina Morales. Autoras que están innovando desde la irreverencia lingüística y estructural». —Mar Gallego, Pikara

«Greta García debuta en la novela con un texto que empuja a reflexionar, invita a la acción, descorazona, hace reír, da asco, atrapa e irrita por lo real que es». —Laura García Higueras, El diario.es

«Una hilarante y desenfadada crónica de la inestabilidad mental y las devastadoras consecuencias que provoca dedicarse a la danza». —Braulio Ortiz, Diario de Sevilla

«Un grito dolorido y asqueroso al palazo en la cabeza de la burocracia». —Sabina Urraca

«Este libro irrumpe en la literatura española por su frescura y autenticidad, pero especialmente porque la voz hilarante de Greta García no es autocomplaciente y rompe con todo mientras te hace reír». —Brenda Navarro

«Estar presa en la lectura de esta novela ha sido como el baile más liberador. No quiero dejar sola a Pili. Ahora miro los cepillos de dientes de otra manera». —Ingrid García-Jonsson

«Las palabras le salen en torrente como sale la sangre de una herida mortal». —María Fernanda Ampuero

«Así es también la escritura torrencial, desacomplejada y deslenguada de Greta García, tan basta como tierna a su manera asilvestrada». —Bruno Padilla del Valle, Revista Mercurio

«Si uno empieza a leer “Suplé”, el primer capítulo de Solo quería bailar, es bastante posible que no vaya a soltar la novela hasta el final. Y no saldrá defraudado. Se trata de la excelente opera prima de Greta García». —Lluís Vergés, Diario de Menorca

«Quedarse con el lenguaje de Solo quería bailar sería como fijarse tan solo en el llamativo vestuario de la bailarina principal de un ballet de vanguardia. Efectivamente, el torrente de palabras que brota de Pili está escrito tal cual sale, en andaluz de Sevilla, sin demasiada corrección gramática ni falta que le hace. […] Pero ese artificio estilístico no sería absolutamente nada sin el poso de contenido que arrastra. Porque el baile que interpreta esa bailarina es el de la desazón, el del dolor y el del ostracismo. Pero está interpretado con tal sentido del humor y tanta sinceridad que provoca una profunda empatía». —Ahora que leo, La Sexta

«Greta García ha escrito un profundo y brillante monólogo dramático para una Pili que podríamos ser cualquiera de nosotras». —Carmen G. de La Cueva, Cuadernos Hispanoamericanos