El género y la psiquiatría
El testimonio de Alda Merini nos pone frente a una compleja reflexión: ¿qué ha ocurrido sistemáticamente cuando se ha dado la intersección mujer + trastorno o inestabilidad mental? Es imposible obviar la cuestión de género: ¿cómo han sido tratadas ellas?, ¿qué estigma les ha sido y es impuesto?, ¿cuál ha sido el impacto de tantos ingresos forzosos? Hasta los años 60, en Italia era suficiente con que el cónyuge tuviese la voluntad de ingresar a su pareja para poder hacerlo. Así es como Merini padeció más de veinte ingresos. Fue el psiquiatra Franco Basaglia quien, gracias a la aplicación de la Ley 180, consiguió que estos centros punitivos fueron aboliéndose gradualmente.
Por otro lado, ¿qué relación tiene la todo esto con la literatura? ¿de qué formas se plasma la experiencia de la locura en la escritura?
Alda Merini fue propuesta en 1996 para el Premio Nobel de Literatura por la Academia francesa. Tan sólo una década antes había roto un silencio literario de casi veinte años —fruto de los prolongados ingresos en las instituciones, llamémoslas sanatorios, donde era sedada y recibía electrochoques—. Tanto la obra poética de Merini como sus libros en prosa están impregnados de su experiencia vital: ser mujer y tener desequilibrios mentales, ser creadora y vivir en la marginalidad y la pobreza.
De entre ellos en su trayectoria destaca La loca de la puerta de al lado, casi un híbrido entre narrativa y poesía, poesía en prosa, por ser su indagación más real y cruda en la locura y su la relación entre esta y el elemento salvador que fue para ella la poesía.
«Son tantas las definiciones de la poesía. Digamos que la literatura también puede ser una forma de sentir que se está loco», escribe.